domingo, 11 de septiembre de 2016

El casi cuñado 1

Esta historia comienza hace 4 años atrás durante el verano, en una época de cierta incertidumbre y pesimismo que uno vive alrededor de los 20 cuando tras terminar tu carrera y graduarte con honores aún no estas lo suficientemente apto para trabajar en lo que deseas y te sientes inútil por no encontrar pega y ver como ya te comienzan a amenazar los bancos para pagar los créditos universitarios. Sumémosle eso a un estado emocional paupérrimo tras terminar una relación (mi primera relación de hecho) de 5 años y lo frágil que estaba en ese momento en el ámbito amoroso en donde me sentía incapaz de conocer a alguien. Sé que hasta allí no suena nada erótico pero tranquilos, esta historia está llena de sexo, sudor, peleas y lágrimas.
Primero parto por describirme, mi nombre es Ángel y tengo 23 años en la historia. Vivo en Santiago y pertenezco a la clase media tirando hacia baja pero con mucho esfuerzo de mis padres y el mío mismo pude surgir y terminar mi carrera de Comunicación Audiovisual. Soy un chico normal tez blanca demasiado blanca al punto que el sol me produce alergia, lampiño, ojos verdes y cabello castaño, mido 1,75 y en ese tiempo estaba algo pasado en peso lo que me acomplejaba físicamente, algo serio y risueño a la vez, tímido, reservado, tierno, analítico, responsable, criado en el seno de una familia católica que viven separados bajo el mismo techo, un padre ausente y una madre sobreprotectora. El hijo mayor que cargará con los estigmas y traumas de un matrimonio roto y que asumirse como gay le costaría demasiado a pesar de que desde niño me sentía físicamente atraído hacia los niños y que salía con mujeres sólo para apantallar una realidad aparente. Soy piola, y con esto me refiero a que no se me nota y no actuó como gay y no conocía los círculos sociales como ahora si los conozco. En fin vivía algo retraído en mí mismo y al miedo de ser rechazado por los demás. Viví mi primer amor gay casi a oscuras, salvo que si bien les conté a mis padres y recibí apoyo y rechazo a la vez, no se volvió a tocar el tema y mi pareja era solamente el "amigo de". Tras 5 buenos años pero difíciles terminamos, él se aburrió de mí y se fue con otro. Y yo por mi parte estaba despertando recién en este mundo y rompiendo aquella burbuja en la que había vivido durante tantos años viví mis años de rebeldía adolescente algo más tardía empezando a los veinte años en los que salía y conocía a gente y el ambiente gay de Santiago. Me deje llevar por la vida mundana, la música estridente y las luces de colores…
Fue en esa etapa entre mi fracaso amoroso y mi desesperanza laboral que me metí en ese tiempo en el antiguo Chat Gay Chile, creo que no existía Grindr y si existía ni siquiera lo conocía, por curiosidad me metí a esa página y chateando entre perfiles falsos, viejos verdes y show de penes en cámara fui que comencé a hablar con un chico Claudio, que vivía en Talcahuano y entablamos una conexión más allá de la pantalla, fue así como del chat pasamos al Facebook y así hablábamos horas enteras a través de la cámara y nos contábamos todo, él me subía el ánimo y me decía palabras lindas que me hacían subir mi alicaída autoestima. Había algo en él que me inspiraba confianza y seguridad, su cariño y simpatía sus canciones medias flaites que me dedicaba, el hecho de que estaba sin trabajo y que además me contará cosas tan personales como que no pudo terminar el colegio para poder ayudar a su mamá y que me hacía hablar con ella para conocerla me hicieron confiar. Quedamos con la propuesta de conocernos en persona y por primera vez me atrevería a salir de mi casa para vivir una aventura con un desconocido, a viajar cientos de kilómetros y arriesgarme a que pudiera pasarme cualquier cosa. Tenía claro el riesgo, analice cada situación posible. Pero les juro que nunca estuve preparado para lo que iba a ocurrir…
En Febrero partí con la excusa de que participaría de un Festival de Cine en Concepción, que nunca existió. Pero a veces la realidad supera mucho a la ficción. Tras llegar al terminal de buses, él me estaba esperando. Era un chico bien guapo casi de mi estatura, más adelante lo describiré con detalle. Pero cabe destacar que era de origen humilde y típico flaite medio sureño con buzo de la U y zapatillas Nike Shot, En ese momento fue como si nos hubiéramos reencontrado después de mucho tiempo y nos abrazamos emocionados y nerviosos por ese primer acercamiento. Nos fuimos riendo y conversando contándonos anécdotas innecesarias y me llevaba mi maleta como todo un caballero. Tomamos un bus regional que nos llevó hasta Talcahuano y así recién caí en cuenta que íbamos hacia los cerros, por allá la villa Diego Portales que sin duda hay que saber andar con cuidado. Él sabía cómo andar por las calles como un gato nocturno y así nos fuimos adentrando en aquellas calles polvorientas y oscuras en lo alto de Talcahuano. Finalmente llegamos a su casa, también muy humilde lo que me hizo sentir mal no por mí, sino por él pues se notaba la vergüenza de llevarme a su hogar, me sentí algo incómodo pero por mí no había problema, a pesar de mi cara o modales de niño cuico, también venía de una población marginal.
Ese sentimiento algo incómodo se desvaneció en el momento en que entre a su casa y note como me recibía aquella familia con tanto cariño y alegría como quien hubieran recibido la visita de un príncipe, como a pesar de lo precario y pobre del lugar ellos me esperaban con la cena, la madre de él, la señora María, me abrazaba y me brindo su generosa hospitalidad a pesar que apenas le alcanzaba para mantener a toda su gran familia en una casa tan pequeña y recibir a un extraño y una boca más, obviamente yo tampoco iba a pechar sin poner ni uno en todos los días que estuve coopere con dinero y muchas veces le pasaba dinero desinteresadamente a doña María, aunque ella siempre se rehusaba pero yo le insistía, sin que sus hijos lo supieran y entendí que la generosidad del pobre no la encuentras en los ricos. Eran 4 hermanos, Claudio, Paola que vivía con su pareja y su hija de 6 años, Jordan el hermano menor, y Francisco el hermano mayor junto a su polola Maritza quien tiene un hijo de 2 años con otra mujer, Tomás un encanto de niño. Los salude a todos y se presentaron en ese mismo orden. Hasta que salude a Francisco y algo nervioso me quede mirándole y le pise el pie sin querer por lo que me alego molestándome en un notorio tono flaite burlón, luego salude a su polola muy simpática por cierto. Todos me recibieron con alegría pero no dejaba de mirar a Claudio y compararlo con sus demás hermanos, en especial con Francisco o Pancho o Negro como lo llamaremos de ahora en adelante. Mientras Claudio era de tez blanca, ojos negros, pelo corto ondulado, contextura delgada aunque musculosa y se notaba más lampiño con poca barba y los brazos pelados, Pancho era todo lo contrario genéticamente, era de piel morena, ojos marrón, pelo corto liso peinado en punta, más alto y corpulento, se notaba mucho más musculoso y trabajado y la piel tapizada de fino vello oscuro desde la barba candado y los brazos. Lo que te hacia dudar de si eran realmente hermanos de sangre. No le di más importancia a eso y nos sentamos a comer mientras me pedían que contara sobre mi vida en Santiago y si conocía a algún famoso de la tele ya que en ese tiempo había hecho la práctica en el famoso canal del ex angelito y estaban muy curiosos sobre cómo era la tele por dentro.
En fin después de una amena charla y muchas risas y burlas sobretodo de parte del Negro hacia mí quien me causaba una molestia interna por su lenguaje tan callejero es que Claudio me cuenta que estaban organizando un carrete en la casa de una amiga y que quería presentarme. Hasta ese momento yo era sólo un amigo, no había ningún tipo de relación entre los dos aunque yo lo miraba con ojos brillosos, pero él me miraba algo cortante pues como me había contado antes si bien su familia sabe que es gay y lo aceptan yo era solo "el amigo santiaguino" y se comportaba bastante más distinto de lo que solía serlo cuando hablábamos por la pantalla, era más callado, más distante, evitaba mi mirada, pensaba por dentro, <<No le guste por la mierda, me pegue el menso pique por nada… Soy horrible, estoy gordo y soy muy tímido, me mandará a la Friendzone con patada en la raja a Santiago y el corazón a dos manos>> En fin mi subconsciente me jugaba en contra, pero ahí estaba dispuesto a ir a la dichosa fiesta y a pasarlo bien y conocerlo mejor a pesar de estar cansado por el viaje y algo desconcertado por la reacción de Claudio.
Fuimos al carrete en la casa de la Damaris: Jordan, el Negro con su polola, Claudio y yo. Pero desde el primer momento supuse que no sería una buena idea y que algo malo iba a pasar. En fin entre el reggaetón, que a todo esto nunca antes había perreado en la vida, y los pitos, que tampoco había fumado antes, me sentí de pronto mirándome a mí mismo a cientos de kilómetros de casa en un lugar peligroso con gente desconocida sin que mi madre supiera donde estaba realmente, o sea podría haber muerto ese día y ella no tendría cómo enterarse de ello. Me había arriesgado como nunca antes y si bien me sentía raro, me dedique a disfrutar de la fiesta y a pasarlo bien y a bailar y tomar siempre con moderación. Era el invitado capitalino y debía comportarme, aunque se mataran de la risa por mi forma patética de bailar reggaetón. Claudio por su parte comenzó a tomar más de la cuenta y conversaba solo con su amiga la dueña de la casa y de pronto lo veía llorar tirado en el sillón no sabía si por efecto del alcohol, las drogas, por mi o porque diablos le estaba pasando por la cabeza en ese momento, pero no podía escuchar lo que decía, me acerque para ver qué era lo que pasaba. El diálogo sería algo así:
"Claudio… ¿Qué te paso? Éstas bien?"– En tono preocupado intentando sacar la voz en medio de la música.
"…."- No hay respuesta audible, me puse de cuclillas para verle la cara y le tome las manos. El me miro y fingió una sonrisa "Nada Angelito, toy bien aquí conversando con la amiga recordando weas… Anda a bailar, pásalo bien wn es tu fiesta" Yo perplejo con la cara de dos metros sin entender nada pero el salió a fumarse un pucho al patio, mi primer instinto fue ir tras él pero en ese momento llega la Maritza, la polola del Negro y me saca a bailar y me dice "Tranqui, el Clau tiene algunos ataos pero ya se le pasara… No te preocupi, ven a bailar con nosotros. Te enseño a perrear Dale"-
"Yo cacho que no le gusta que este aquí" – Mi tono medio triste sin saber qué hacer. Pero ella me subía el ánimo sin conocerme salvo de vista por la cámara pero conocía al parecer la historia mejor que yo. La Maritza es más baja que yo, más gordita no era la más mina, pero a pesar de su tono también medio flaite rustico pero con su linda cara y una simpatía y buena onda que te sacaba risas instantáneas la hacía una mujer muy entrañable.
"No, na que ver, si se le nota que le gustai caleta… Esta así por weas del ex… Ven vamos a bailar, disfruta la fiesta ya va a venir a bailar contigo"- La Mari como me pidió que la llamara, me saco a bailar intentando enseñarme como mover las caderas hasta el piso y yo entre nervios, risa y la preocupación por el Claudio le seguía el juego en ese momento y bailaba lo mejor que podía, aparece el Negro quien también andaba medio copeteado arriba de la pelota y se pone a bailar detrás de su mina como punteándola y yo por delante
"Wena comparito, soi terrible tieso eso si… Asi se perrea voh dale nomas"- Me decía el negro con su tono flaitongo mientras se movía para delante y para atrás, con su polera desgastada algo apretada, sus buzos de pitillo con esas bandas blancas a los costados y zapatillas y yo muerto de vergüenza seguía el movimiento pero el Pancho sólo se cagaba de la risa "Que wea hermano, ¿no perreai allá en Santiasco?"
"N-No, yo es que…"- Intentaba explicarle a un flaite molestoso y desubicado que mi vida hasta entonces había sido todo orden y moderación, de la casa al colegio y del colegio a la casa y lo mismo con la u, donde nunca antes había llegado curado a la casa, o me había escapado de mi casa, o inmiscuido en una pelea, o fumado un caño o algo tan insulso como bailar reggaetón.  <<¿Cómo explicarle a este simio algo que ni yo mismo podía explicar?>>. Me preguntaba a mi mismo mientras le veía perrear como un salvaje.
"No lo wei, no seai malo con el Angelito si es tan tierno… Además con lo guapo que es da lo mismo como baile de seguro se agarraría más minas que vo Negro y es inteligente y educado mas que tu" – Le retaba la Mari a su hombre de neanderthal y subiéndome el ánimo. Había algo que me inquietaba en el Pancho su sonrisa burlona, su mirada inquietante que no podía analizar, sus modales brutos, sus expresiones flaites, su falta de tino o filtro. Algo que me hacía que no me cayera tan bien de primeras.
"¿Aer que acaso te gusta el ojito de pisciina? Si es huequito, en ese caso vo tendriai que ponerte celosa… Yo corro peligro" – Seguía burlándose en un tono medio celoso el pesado del Negro pero entonces hace algo impensado y cambia de puesto y esta vez se pone detrás mío yo tiritando a morir por los nervios y enojado por lo molestoso e incómodo de la situación, pero no pude evitar sonrojarme al sentir como el Pancho, el hermano del chico que me gustaba y que estaba afuera llorando, restregaba su entrepierna contra mi trasero y tomándome de la cadera guiaba el movimiento que yo debía hacer para poder perrear según él
"Así tení que hacerlo po wachito, como haciendo er amorss a la mina" Me indicaba el moreno mientras sentía algo duro rozarse contra mis pantalones pitillos por lo que podía sentir completamente un extraño calor contra mis nalgas chocando al ritmo mientras su polola estaba al frente y yo completamente sonrojado sin saber si sentirme bien o mal intentando disimular ya que ella seguía bailando y me dio la espalda a la vez por lo que no veía lo que su novio me estaba haciendo en esa especie de sándwich sorpresivo. Podía sentir el aliento caliente del moreno contra mi nuca y como movía sus manos por mi cadera y a veces tironeaba mi cuerpo hacia él con cierta fuerza <<¿Esto es reggaetón o este weon me esta acosando?>> Mi subconsciente decía al ritmo de la canción… bailando la toque y ella se dejo y aprovecho y pam pam pam… Haciendo que con cada Pam chocara su miembro contra mi culo.
"Ya déjalo tranquilo wn lo asustaste al pobre, se puso hasta rojo"- Le retaba la Mari nuevamente. Finalmente me soltó y yo me aleje algo apenado y me senté en el sillón mientras ahora veía como bailaba con su polola y prácticamente se comían a besos frente a mí. No entendía la extraña situación luego de que segundos antes tenía al Negro frotándose descaradamente contra mí frente a su polola sin que esta se diera cuenta. Ahogue mi desazón con un sorbo de piscola y les veía bailar aunque en ese instante hubiera preferido estar en mi casa en Santiago acostado. Apareció entonces Claudio nuevamente sonriente y animado y me vio sentado y me saco a bailar, yo volví a reír olvidando el extraño episodio con su hermano e intente bailar lo mejor que puse aunque él evitaba refregarse contra mi o pegarse demasiado, era quizás demasiado cortes o caballero y evitaba que me sintiera como un objeto sexual para frotarse. Lo pase bien al final, aunque Claudio se fue de copas y al final de la fiesta fuimos además testigos de cómo el Pancho peleaba con su polola y se iba pegando un portazo sin entender que había pasado, La Mari se puso a llorar y fue consolada por la dueña de casa, y el Jordan el hermano menor se comía a otra pendeja, y yo por mi parte teniendo que trasladar al saco inerte de Claudio que apenas de mantenía de pie solo y como postre final se escuchaban sendos balazos provenientes de afuera. La fiesta termino aún peor, cuando el papá de la dueña de casa nos comenzó a echar por los gritos y por el portazo, Imagínenme yo un santiaguino metido en donde el diablo perdió su poncho cargando a su "amigo" por calles intransitadas y peligrosas intentando recordar el camino a la casa de este, con el corazón y el poto a dos manos por miedo a que nos dispararan o asaltaran y con el recuerdo constante del Negro frotándose contra mí y luego peleando con su mina y yéndose quién sabe dónde. En ese momento el Claudio reacciona y mirándome a los ojos me habla:
"Ya tranquilo mi Angelito, si me puedo mantener en pie… Gracias por cuidarme tanto y por venir de tan lejos" – Se apoyó en una baranda a tomar aire o quizás vomitar pero me seguía mirando tomándome de la cabeza algo suave, se notaba su aliento alcohólico y sus ojos achinados por el alcohol y la droga "Me da vergüenza todo lo que ha pasado y no poderte dar algo mejor por eso lloraba, eris como un príncipe, y yo valgo callampa weon, no tengo nada para ofrecerte, no tenias para que haber venido a esta wea peligrosa, perdona mis ojitos de gato…. Weon me encantan tus ojos son bacanes, me gustai caleta" Yo ahí todo sonrojado, en plan romántico le perdone todo y me olvide de lo enojado y asustado que estaba y él se me acerca y me da entonces un beso. No era el beso que había soñado pero me gusto igual. Un beso que me ayudo a calmarme y a sentirme en las nubes.
"Ya vamos a casa mejor oh, tu mamá se va a preocupar… Y tus hermanos tal vez dónde están ahora… Tu me importas mucho por algo estoy aquí y lo sabes"- Intentaba como siempre analizar la situación y el sólo asintió y seguimos caminando hasta llegar a su casa. Ya por lo menos podía caminar por su cuenta y así nos metimos hasta su pieza en el segundo piso que era compartida por él y su hermano el famoso Negro, por lo que yo dormiría por esta vez en su cama mientras él dormiría en la otra cama junto con su hermano durante mi estadía. Pero hubo un cambio de planes, la noche oscura o el frio inclemente de esa pieza humilde, el hecho que ambos estuviéramos durmiendo con polera y ropa interior, la necesidad de abrazar o la necesidad de estar con alguien hizo que ambos durmiéramos juntos en su cama a cucharitas sintiendo como Claudio se repegaba contra mi espalda de forma suave como siempre manteniendo el respeto. Y con suaves besos repartidos me quede profundamente dormido pensando en todo lo que había pasado en aquella primera noche...
… A la mañana siguiente, digamos que yo siempre sufro de un problema matutino que es el sentir un gran apetito sexual, despierto ganoso siempre en las mañanas, unido al hecho que todos los hombres despertamos con el asta a medio alzar, y esa mañana no fue la excepción unido al hecho además de que tenía aun pegado contra mi cuerpo el tibio cuerpo de Claudio y podía sentir perfectamente su entrepierna abultada rozarse contra mi ropa interior, haciendo que perezosamente me estirara y diera media vuelta buscando los labios de Claudio para despertarle y me correspondió recorriendo sus labios con el filo de mi lengua lentamente y hay algo que siempre me gusta que me hagan cuando me besan es que me toquen el trasero y la espalda, cosa que Claudio parecía saber y que lo hizo también quizás sorprendido por la calentura del momento y mientras los besos subían en intensidad cada vez más rápidos y húmedos el estrujaba mis nalgas que son bien proporcionadas he de decir y me lo han dicho, me causo un suspiro placentero. Mis manos tocaron su abdomen plano con una ligera pancita mientras besaba su cuello de forma excitante lamiendo con prontitud y mi mano bajaba por su ombligo siguiendo el camino a la felicidad y atrapando el miembro en la tela del bóxer masajeando lentamente para sentir como se endurecía y crecía un poco más a mi tacto y comencé entonces a trazar círculos con los labios por sus hombros y pectorales jugando con los pezones y allí me di cuenta que él se dejaba hacer no muy participativo de su parte salvo que no dejaba de mirar y tocar mi trasero como hipnotizado, pero me dejaba a mi ritmo hacer lo que quería y fui descendiendo milímetro a milímetro besando cada resquicio de piel blanca hasta llegar a su entrepierna y le sonreí.
"Buenos días"- Recién hable algo carraspeando sonrojado mientras le bajaba el bóxer hasta la ingle y su pene salió disparado y libre, no era muy grande, unos 15 centimetros, era más pequeño que el mío de hecho pero no por eso menos apetecible, curvado un poco hacia la derecha y coronado por un glande más grueso, rojo y brillante y en la base dos testículos grandes cubiertos de abundante vello. Y sonriendo comencé a lamer la punta mientas le miraba a los ojos y él sorprendido se quejaba de placer dejándome continuar y así comenzaba a deslizar aquellos centímetros cómodamente adentro y fuera de mi boca en un movimiento lento pero firme pues este llegaba hasta el fondo de la garganta sin mucho problema dado a su tamaño, y así chupaba con fruición y energía disfrutando el sabor salino y exquisito de un pene que hace tiempo no probaba, ese sabor narcótico y adictivo de un pico que no encuentras en ninguna otra parte y mientras chupas y chupas ves la cara de placer del hombre, sintiendo cada contracción de la pelvis y gemidos ahogados del Claudio que apretaba las sabanas mientras me dejaba continuar, jugaba con sus testículos y su perineo, lamia suavemente y luego recorría a lo largo subiendo y bajando como si fuera una deliciosa paleta pero si bien él lo disfrutaba porque sin duda si hay algo que me gusta hacer es una buena felación, seguía sintiendo que no "participaba" demasiado, no me tomaba de la cabeza o decía alguna frase calentorra o movía las caderas como si me había pasado antes con mi ex pareja. Sólo se dejaba hacer en silencio hasta que me canse.
Entonces volví a subir besándole y esta vez me volvió a tomar de las nalgas y me bajo la ropa interior revelando así mis blancas, esponjosas y rellenas nalgas que él podía ver a través de un espejo lateral junto a la cama. Yo solo reía tímido mientras me sentaba a horcajadas sobre él, pues al parecer tendría que hacerlo todo por mi cuenta <<¿No será virgen? ¿O Pasivo? ¿Tiene miedo de que no me guste? ¿Por qué no me agarra demasiado? ¿No me desea? ¿Mi cuerpo con rollos le da vergüenza? ¿Estoy siendo demasiado puto lanzándome a la primera?>> Mi mente divagaba mientras me deslizaba cual gato por la cama buscando en un pequeño bolso un condón y hábilmente se lo coloque, le puse algo de saliva y además tuve que autodilatarme yo solo metiéndome un par de dedos ensalivados en mi entrada recordando que hace ya 7 meses que no tenía sexo, y pensando que porque él no lo hacía o no sabía cómo hacerlo:
"¿Estas bien? ¿Quieres seguir?..."- Le pregunte buscando sus labios besándole.
"Si, me encanta… Tu culo es exquisito… La chupas muy rico… Sigue!... Hazlo, móntate solito!... – Me contesto mientras me besaba más apasionado y me tomaba de las caderas denotando algo más de ánimo lo que me hizo continuar y así ponerme de cuclillas en la cama y buscando su pene lo coloque en mi estrecho ano que dada la poca preparación y la falta de sexo se resbalaba y no lograba entrar, estaba allí sobre el chico que me gustaba y por el que había emprendido tan arduo viaje a punto de cabalgarle y hacer el amor con él y no podía lograr meterme la punta de su nabo en mi tímido agujero.
Finalmente encontré un punto de apoyo y comencé a descender lentamente pero en ese instante como si un rayo atravesara mi cerebro vi por el espejo que se abría la puerta de la habitación y en tan solo dos segundos me sentí morir de vergüenza, era el Negro, Pancho quien entraba sin avisar por la puerta y se encontró allí de cara con mi culo intentando penetrarse la verga de su hermano, vi su mirada que no pude descifrar en esa fracción de segundo pero vi claramente cómo veía mi culito en el instante en que salte pegando un grito de horror y tomando la sabana me cubrí rojo como un tomate en ese instante y la puerta se cerró abruptamente tal cual como se abrió….
CONTINUARA

10 comentarios:

  1. Quede negra... la segunda parte luego... exelente relato.

    ResponderBorrar
  2. Buen relato... bastante de guion tiene. Yo tb soy audiovisal. Pon la siguiente luego

    ResponderBorrar
  3. Noh pero que buen relato!!!! Uhh

    ResponderBorrar
  4. por fin lo publicaron!!!! ya se viene la segunda parte

    ResponderBorrar
  5. Por fin una historia interesante, amena, fluida y sin faltas de ortografías.

    ResponderBorrar
  6. El mejor de todos lo que publicaron, espero la segunda parte con ansias :)

    ResponderBorrar
  7. Viejo excelente tu relato. Gracias por compartir... no pude imaginar todo lo descrito y quede fascinado con tus vivencias. Ojalá no tardes demaciado con el siguiente capitulo. Nuevamente gracias.

    ResponderBorrar
  8. excelente relato quiero seguir leyendo

    ResponderBorrar